Salimos del aeropuerto y directos al hotel, cansados pero con los ojos bien abiertos para ver una primera impresión de la ciudad. Lo que identifiqué rápidamente fue "El puente de la mujer" de Calatrava, teóricamente su diseño es una síntesis de la imagen de una pareja bailando tango...
Una vez en el hotel: "Ayres de Palermo" en Sánchez de Bustamante, 1955 ( http://www.ayresdepalermo.com.ar/) , dejamos las cosas, inspeccionamos la habitación (nos dieron la más grande según nos dijeron.
Realmente era un apartamento pues tenía cocina,
saloncito y la cama todo en una misma habitación)
y sin más dilación, nos fuimos a la calle de nuevo para ir a ver un espectáculo de magia en "Mosto y Moka" un bar sito en la Avda San Juan, 4200 del barrio de Boedo. tenía muchísimas ganas de ver a Hernán Maccagno en directo y no me desilusionó, uno de los mejores espectáculos que he visto últimamente. Lo que hace con las monedas, hay que verlo para creerlo.
Fue un acierto porque además de la magia que estuvo genial pero con mayúsculas, cenamos nuestro primer bife de chorizo que aunque para nosotros casi que era ya el desayuno por la diferencia horaria, nos supo a gloria.
De madrugada y reventados, volvimos al hotel para coger fuerzas para el domingo ir a San Telmo a la mañana.
Una vez en el hotel: "Ayres de Palermo" en Sánchez de Bustamante, 1955 ( http://www.ayresdepalermo.com.ar/) , dejamos las cosas, inspeccionamos la habitación (nos dieron la más grande según nos dijeron.
Realmente era un apartamento pues tenía cocina,
saloncito y la cama todo en una misma habitación)
y sin más dilación, nos fuimos a la calle de nuevo para ir a ver un espectáculo de magia en "Mosto y Moka" un bar sito en la Avda San Juan, 4200 del barrio de Boedo. tenía muchísimas ganas de ver a Hernán Maccagno en directo y no me desilusionó, uno de los mejores espectáculos que he visto últimamente. Lo que hace con las monedas, hay que verlo para creerlo.
Fue un acierto porque además de la magia que estuvo genial pero con mayúsculas, cenamos nuestro primer bife de chorizo que aunque para nosotros casi que era ya el desayuno por la diferencia horaria, nos supo a gloria.
De madrugada y reventados, volvimos al hotel para coger fuerzas para el domingo ir a San Telmo a la mañana.
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