Dazhai es el nombre de todo el valle, y nuestro hotel estaba en la aldea de Tiantou.
Recuperamos fuerzas con el auténtico arroz al bambú. Delicioso.
La carta de otro hotel en el que también picamos algo, exhaustos. La cantidad de hoteles que hay a lo largo de la montaña es increible, y estaban construyendo muchísimos más.
Llegamos a ver un funicular de lejos, en otras montañas, y sospecho que eran de Pinghan pero no lo aseguro.
Algunos turistas fotografiándose con los trajes típicos de la zona. Parece ser que es una práctica muy extendida entre el turismo nacional:
La habitación del hotel ( www.jinkenghotel.com ):
Ciertamente los colchones más duros que he probado en mi vida. Sin embargo, alcancé la colina del hotel, tan exhausta, que me dió igual. Además, el anochecer y el amanecer del que pude disfrutar en este hotel, así como su hospitalidad, y comida, creo que no lo olvidaré jamás.
A las 13 horas salía nuestro autobús de vuelta y a menos cuarto ya nos habían dejado las maletas al lado, lo que hicimos fue negociar desde el hotel la bajada de las mismas, y nosotros nos fuimos hacia la salida del valle caminando tranquilamente, parando, tomando un refresco, haciendo fotos, en definitiva, disfrutando de la bajada, no como el día anterior que la subida fue de infarto.
Desde aquí quiero transmitir mi agradecimiento a Inocuo quién a través de www.losviajeros.com me animó a
imitar su experiencia(
http://inocuo.net/2010/11/06/terrazas-arroz-jinkeng-dazhai-yao/#more-381)
La subida hasta el hotel fue de infarto.
La carta de otro hotel en el que también picamos algo, exhaustos. La cantidad de hoteles que hay a lo largo de la montaña es increible, y estaban construyendo muchísimos más.
Llegamos a ver un funicular de lejos, en otras montañas, y sospecho que eran de Pinghan pero no lo aseguro.
Algunos turistas fotografiándose con los trajes típicos de la zona. Parece ser que es una práctica muy extendida entre el turismo nacional:
La habitación del hotel ( www.jinkenghotel.com ):
Ciertamente los colchones más duros que he probado en mi vida. Sin embargo, alcancé la colina del hotel, tan exhausta, que me dió igual. Además, el anochecer y el amanecer del que pude disfrutar en este hotel, así como su hospitalidad, y comida, creo que no lo olvidaré jamás.
Jin Keng Hotel |
A las 13 horas salía nuestro autobús de vuelta y a menos cuarto ya nos habían dejado las maletas al lado, lo que hicimos fue negociar desde el hotel la bajada de las mismas, y nosotros nos fuimos hacia la salida del valle caminando tranquilamente, parando, tomando un refresco, haciendo fotos, en definitiva, disfrutando de la bajada, no como el día anterior que la subida fue de infarto.
Comentarios