Vistas desde nuestra ventana de la habitación.
Habitación del parador: Lo peor fue que no podíamos regular la calefacción y llegó un momento que hasta lloviendo, tuvimos que abrir la ventana porque nos estábamos mareando!
Deliciosos pinchos picantes que tomamos para cenar
Las típicas fachadas del barrio pesquero de Fuenterrabía
Uno de los escudos de los arcos de entrada al pueblo
Típico, ¿verdad?
Después de visitar San Sebastián, decidimos pasar la noche en Fuenterrabía pues hacía años que no la había visitado, mi sorpresa fue mayúscula pues estaba todo tan diferente...hasta el nombre me lo habían cambiado y ahora es Hondarribia, pero yo soy tan tradicional para esas cosas...
LLegamos ya muy cansados y tarde así que tan solo llegar al Parador, nos pusimos a leer, y después como llovía a cántaros, y apenas teníamos hambre, no nos molestamos en buscar nada y sencillamente cenamos o mejor dicho, picamos algo en un restaurante que había justo a la izquierda del Parador.
Al día siguiente, desayunamos enfrente en una cafetería muy moderna, un café delicioso y nos dedicamos a pasear por el barrio de los pescadores y a comprar. Y aunque queríamos ir a San Juan de Luz, el mal tiempo y la posibilidad de tener que usar cadenas, nos hizo desistir y nos marchamos camino a Zaragoza, pero a mitad de camino, paramos en Olite y allí nos quedamos.
Habitación del parador: Lo peor fue que no podíamos regular la calefacción y llegó un momento que hasta lloviendo, tuvimos que abrir la ventana porque nos estábamos mareando!
Deliciosos pinchos picantes que tomamos para cenar
Las típicas fachadas del barrio pesquero de Fuenterrabía
Uno de los escudos de los arcos de entrada al pueblo
Típico, ¿verdad?
Después de visitar San Sebastián, decidimos pasar la noche en Fuenterrabía pues hacía años que no la había visitado, mi sorpresa fue mayúscula pues estaba todo tan diferente...hasta el nombre me lo habían cambiado y ahora es Hondarribia, pero yo soy tan tradicional para esas cosas...
LLegamos ya muy cansados y tarde así que tan solo llegar al Parador, nos pusimos a leer, y después como llovía a cántaros, y apenas teníamos hambre, no nos molestamos en buscar nada y sencillamente cenamos o mejor dicho, picamos algo en un restaurante que había justo a la izquierda del Parador.
Al día siguiente, desayunamos enfrente en una cafetería muy moderna, un café delicioso y nos dedicamos a pasear por el barrio de los pescadores y a comprar. Y aunque queríamos ir a San Juan de Luz, el mal tiempo y la posibilidad de tener que usar cadenas, nos hizo desistir y nos marchamos camino a Zaragoza, pero a mitad de camino, paramos en Olite y allí nos quedamos.
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