Después del Calafate, volvimos en avión a Buenos Aires, desde donde en autobús, fuimos a Rosario, para visitar en Casilda a unos buenos amigos.
Como no me gusta poner fotos de personas aquí, me limito a poner la de sus mascotas a los que teníamos ganas de conocer, dicho sea de paso:
Ellos eran el motivo principal de nuestra visita a su país así que indudablemente fueron los días más hermosos que pasamos allí.Una de las deliciosas cenas que nos preparó nuestra anfitriona.
Vistas de la enorme maqueta de trenes que tienen nuestros amigos en su casa de campo, con TALGO incluido.
El asado de una de las cenas estaba para chuparse los dedos.
En Rosario.
Más comida en casa de nuestros amigos.
Uno de los días fuimos a ver el puente sobre el Paraná que comunica Rosario, con la ciudad entrerriana de Victoria. Y comimos frente al casino Victoria, en el buffet libre parrilla Fontanarrosa que sirve carnes al asador, empanadas caseras, guarniciones, tablas de quesos y embutidos ambientada con los arquetípicos personajes del escritor y humorista Roberto Fontanarrosa.
Rosario.
La vuelta a Buenos Aires la hicimos de nuevo en bus, esta vez bastante más cómodo.
Como no me gusta poner fotos de personas aquí, me limito a poner la de sus mascotas a los que teníamos ganas de conocer, dicho sea de paso:
Ellos eran el motivo principal de nuestra visita a su país así que indudablemente fueron los días más hermosos que pasamos allí.Una de las deliciosas cenas que nos preparó nuestra anfitriona.
Vistas de la enorme maqueta de trenes que tienen nuestros amigos en su casa de campo, con TALGO incluido.
El asado de una de las cenas estaba para chuparse los dedos.
En Rosario.
Más comida en casa de nuestros amigos.
Uno de los días fuimos a ver el puente sobre el Paraná que comunica Rosario, con la ciudad entrerriana de Victoria. Y comimos frente al casino Victoria, en el buffet libre parrilla Fontanarrosa que sirve carnes al asador, empanadas caseras, guarniciones, tablas de quesos y embutidos ambientada con los arquetípicos personajes del escritor y humorista Roberto Fontanarrosa.
Rosario.
La vuelta a Buenos Aires la hicimos de nuevo en bus, esta vez bastante más cómodo.
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