La llegada al hotel rural fue seguida de una buena cena.
Nuestro hotel era precioso. Lo recomiendo a todo aquel que visite la zona. Además, nos trataron maravillosamente y sin pedir ninguna comisión nos ayudaron muchísimo a planificar las dos escasas noches que allí pasamos. Si tuviera que volver, trataría de quedarme al menos, un día más, para tomármelo como relax.
Nos recogieron en el aeropuerto de Guilin (un poco caro, pero era lo más rápido y sensato dada la localización del hotel) en taxi. Un trayecto surrealista de sesenta y cinco minutos, solo aptos para no cardiacos.
www.fairylandinns.com es la web del hotel a través de la que contratamos la habitación.
Gracias a la amabilísima gerente del hotel, los días que pasamos en la zona fueron completamente aprovechados. Gracias a ella, un taxista nos esperaba por la mañana para llevarnos al río Yulong.
Allí alquilamos una barquita de bambu en un trayecto en el que abarcamos la parte mas espectacular de los paisajes.
El paseo fue maravilloso porque ibamos prácticamente solos al ser temporada baja, refrescándonos del calor con la brisa y metiendo los pies en el agua.
Casí al final del recorrido, una señora en una lancha flotante vendía pescado y cerveza y aunque fue un timo en toda regla por no preguntar(10€), compré pescado y cerveza para el barquero y para mi.
Un paseo en una barca de bambú, en este paisaje, es una explosión para los sentidos.
Me sorprendió la enorme cantidad de puestos de fotografía digital que había a lo largo del río. Aunque estaban completamente desocupados porque, como digo, íbamos prácticamente solos por ser temporada baja.
En la orilla del río Yulong. |
El desayuno en el hotel. Sencillo y delicioso. 20yuanes/persona |
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