Billete de 20Y |
Una vez allí, teníamos que contratar la barca....
Eso fue muy divertido porque no sabíamos precios, no sabíamos si nos podíamos fiar, y no sabíamos siquiera a dónde nos llevaría.
Habían barcos de vapor (parecidos a los del Missisippi) y otros a motor, para dos o cuatro personas como en el que nosotros fuimos.
El caso es que inconscientemente o no, terminamos arreglando un precio con una señora, luego con su cuñada, y al final, una de las dos, o una tercera, a esas alturas ya ni sabíamos, nos acompañó bordeando el río hasta otro lugar donde habían más barcas.
Yo creo que había llegado a desesperar a la primera china con mi cara de tengo muy claro lo que quiero y por ahí no paso, así que con la segunda, fue con la que apañé el precio: 80 yuanes por el viaje para dos personas.
Durante ese recorrido por tierra hasta donde estaba el barco, pensé en la estafa, en el robo, etc porque le habíamos dado el dinero por adelantado ¡qué inocencia!, pero no, no nos ocurrió nada de eso, si no más bien al contrario. Lo único es que fuimos de los pocos de hacer ese recorrido de unos quince minutos caminando porque los chinos de viajes organizados iban cómodamente en minibuses hasta allí.
Para el camino, compramos unas cocacolas por 10Y.
Nuestro barquero, que no tenía ni idea de inglés, fue muy amable y nos trató de explicar todo lo que sabía sobre las diferentes figuras que la montaña hacía.
Al principio, el barquero insistió en que me pusiera el chaleco salvavidas, pero al rato, me permitió quitármelo, para hacer unas fotos más bonitas, sentada incluso en el suelo, tomando el sol.
Durante el trayecto fuimos saludando a todos los chinos que hacían el camino contrario que nos fotografiaban y gritaban Hello o Nijao según su nivel de idiomas. Algunos incluso llevaban largas pistolas de agua para mojar a los chinos de otros barcos.
Y por fin, llegamos a Yangdi. La verdad es que este trayecto en barco fue bonito, pero si tuviera que elegir ahora, me quedaría con el de la mañana temprano.
Una vez en esta aldea, por señas nos explicaron donde coger el autobús de regreso (en el mismo embarcadero) , tras media hora de espera, salimos de regreso. El trayecto duró poco más de una hora, por unas carreteras estrechas y peligrosas, y con algunos pasajeros de pie.
Al llegar a Yangshuo, intentamos sacar dinero, pero ya eran más de las cinco de la tarde y los bancos estaban cerrados así que tuvimos que sacar de un cajero. Después, tras visitar un par de agencias de turismo locales, compramos las entradas para el espectáculo nocturno "Impression Liu Sanjie" por 180 Y/ persona.
Una merecida cena en nuestro puesto/restaurante favorito de Yangshuo fue lo que hicimos a continuación. Este local estaba en la West Street y nos gustó mucho, por el sabor de la comida así como por la simpatía de sus camareras que lo pasaron pipa riendo con nosotros.
Justo antes de asistir al espectáculo al que nos llevaron en un transfer (todo incluido en el precio) porque estaba bastante lejos del pueblo. El espectáculo empezaba a las 20.45 h y nos habían citado a las 18.30h en la puerta de la agencia para trasladarnos.
El espectáculo me decepcionó un poco. No lo recomiendo si se va escaso de tiempo. No es imprescindible, está más diseñado para el turista chino que para el extranjero. Casi me gustó más ver cómo organizaban a la enorme marabunta que entrábamos y salíamos para verlo. Impresionante.
A la salida del espectáculo y antes de tomar un taxi de regreso al hotel (imposible regresar en coche, está lejísimos), todavía tuve tiempo de probar alguna especialidad culinaria más:
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