Edificio de la tele en la bahía
Una de las entradas a la calle de Kappa-Bashi
Los famosos dangos japoneses en el mercadillo de Asakusa
Un gatito entre un león en Asakusa
Templo de Asakusa
Culinariamente hablando poco que resaltar de este día porque nos fiamos de la guía Lonely Planet y buscamos por Asakusa, el restaurante tailandés que recomendaban, después de más de una hora buscándolo hasta con la ayuda de la policía, tenderos, etc (surrealista), llegamos y un desastre. La sopa Tom Yan no sabía a nada. Y eso no era auténtica comida tailandesa ni de lejos. Fue el primer gran error que le encontré a la guía (la cual no la recomiendo para Japón, no solo, lógicamente por este motivo).
Lo que sí que fue interesante fue ir a Kappa-Bashi, la zona donde compran los restauradores japoneses, llena de tiendas de palillos y otros accesorios de cocina, etc. Nos lo pasamos genial y además conseguimos muy, muy buenos precios.
Volviendo a Asakusa, tiene un templo muy bonito y sobre todo, una entrada llena de tiendas-puestos para los turistas divertida de ver, allí probamos por primera vez los dangos, unos dulces muy populares en Japón pero que no me gustaron nada, también las galletas saladas que estaban buenas, y el sake dulce, muy rico.
Por la tarde, hicimos un crucero por el río para llegar a la bahía que es prescindible totalmente, pero luego la bahía sí que merece la pena, una vez más por los edificios y las vistas.
Una de las entradas a la calle de Kappa-Bashi
Los famosos dangos japoneses en el mercadillo de Asakusa
Un gatito entre un león en Asakusa
Templo de Asakusa
Culinariamente hablando poco que resaltar de este día porque nos fiamos de la guía Lonely Planet y buscamos por Asakusa, el restaurante tailandés que recomendaban, después de más de una hora buscándolo hasta con la ayuda de la policía, tenderos, etc (surrealista), llegamos y un desastre. La sopa Tom Yan no sabía a nada. Y eso no era auténtica comida tailandesa ni de lejos. Fue el primer gran error que le encontré a la guía (la cual no la recomiendo para Japón, no solo, lógicamente por este motivo).
Lo que sí que fue interesante fue ir a Kappa-Bashi, la zona donde compran los restauradores japoneses, llena de tiendas de palillos y otros accesorios de cocina, etc. Nos lo pasamos genial y además conseguimos muy, muy buenos precios.
Volviendo a Asakusa, tiene un templo muy bonito y sobre todo, una entrada llena de tiendas-puestos para los turistas divertida de ver, allí probamos por primera vez los dangos, unos dulces muy populares en Japón pero que no me gustaron nada, también las galletas saladas que estaban buenas, y el sake dulce, muy rico.
Por la tarde, hicimos un crucero por el río para llegar a la bahía que es prescindible totalmente, pero luego la bahía sí que merece la pena, una vez más por los edificios y las vistas.
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