Uno de los primeros platos.
Otro de los platos degustación.
Carta del menú.
Desde Olite, nos fuimos al final directamente a Teruel donde teníamos previsto pasar la noche y al día siguiente, dar una vuelta por la ciudad. La larga parada que hicimos en Olite no nos permitió acercarnos hasta Zaragoza, pero realmente mereció la pena.
Ya en el Parador de Teruel a donde llegamos bastante tarde, solo tuvimos fuerza para cenar directamente en él y para nuestra sorpresa, debido al 80º aniversario de los Paradores, hay unas comidas degustación que como mínimo merecían ser probadas por la variedad y originalidad pues han tratado de dar a probar la gastronomía local con un toque un poco más cuidado, bajo mi punto de vista, los sabores en general, eran muy buenos pero las cantidades eran demasiado escasas, al menos para el hambre que yo tenía esa noche. De todos modos, fue divertido, te regalan un librito en español e inglés con las recetas de 8 paradores (cada mes regalarían un fascículo diferente empezando por el primer parador que data de 1928) y además no llega a 20 euros por persona, así que se puede recomendar, excepto quizás el postre que estaba muy poco cuidado en la presentación, al menos en relación a la foto que sale en el libro, por cierto, era un tocinillo de cielo con arroz con leche y crujiente de turrón.
En cuanto a la habitación del Parador, nada que comentar, todo correcto sin mayor interés,(es un tres estrellas), al igual que el edificio en sí, que está a las afueras de Teruel y no es especialmente bonito aunque algo más de encanto que el de Salamanca ya es, aunque eso no era muy difícil.
Otro de los platos degustación.
Carta del menú.
Desde Olite, nos fuimos al final directamente a Teruel donde teníamos previsto pasar la noche y al día siguiente, dar una vuelta por la ciudad. La larga parada que hicimos en Olite no nos permitió acercarnos hasta Zaragoza, pero realmente mereció la pena.
Ya en el Parador de Teruel a donde llegamos bastante tarde, solo tuvimos fuerza para cenar directamente en él y para nuestra sorpresa, debido al 80º aniversario de los Paradores, hay unas comidas degustación que como mínimo merecían ser probadas por la variedad y originalidad pues han tratado de dar a probar la gastronomía local con un toque un poco más cuidado, bajo mi punto de vista, los sabores en general, eran muy buenos pero las cantidades eran demasiado escasas, al menos para el hambre que yo tenía esa noche. De todos modos, fue divertido, te regalan un librito en español e inglés con las recetas de 8 paradores (cada mes regalarían un fascículo diferente empezando por el primer parador que data de 1928) y además no llega a 20 euros por persona, así que se puede recomendar, excepto quizás el postre que estaba muy poco cuidado en la presentación, al menos en relación a la foto que sale en el libro, por cierto, era un tocinillo de cielo con arroz con leche y crujiente de turrón.
En cuanto a la habitación del Parador, nada que comentar, todo correcto sin mayor interés,(es un tres estrellas), al igual que el edificio en sí, que está a las afueras de Teruel y no es especialmente bonito aunque algo más de encanto que el de Salamanca ya es, aunque eso no era muy difícil.
Comentarios
Abrazos,
José Enrique