Nos despertaron de recepción a las tres y media de la mañana para tomar un avión
rumbo a Península Valdés que salía a las 5:15; volvimos a desayunar en el avión de Aerolíneas Argentinas, vimos un amanecer precioso desde lo alto y cuando llegamos y tras esperar un buen rato un taxi, el conductor nos advirtió que íbamos a tener muy difícil engancharnos en alguna de las excursiones de día como pretendíamos pues ya era muy tarde, de hecho, nos acercó a un par de agencias pero estaban todavía cerradas y al final, fue la amable recepcionista/dueña del hotel Libertador (http://www.hotellibertadortw.com/) la que nos consiguió que pudieramos aprovechar el día aunque para ello tuvimos que contratar los servicios de una guía particular que nos llevaría en su coche por toda la península por 1000 pesos (cuando de haber ido en
bus con más turistas, nos hubiera salido por 190 pesos por persona). Al menos la guía, María fue un encanto y pasamos un día muy divertido e instructivo a su lado.
En cuanto a la temperatura, comentar que no hacía tanto frío como esperaba y con un buen plumas, gorro y guantes pudimos pasar un día al aire libre sin problemas.
La primera parte del camino la hicimos por una carretera asfaltada, después serían caminos de tierra y en obras por lo que si hubiéramos ido en un coche alquilado por nuestra cuenta (era otra posibilidad) probablemente nos hubiéramos acabado perdiendo. Para entrar en el parque protegido pagamos 45 pesos por persona (en todos los parques de Argentina hay que pagar para entrar).
La primera parada fue en el centro de interpretación donde pudimos admirar este esqueleto de ballena:
A continuación, nos fuimos a Puerto Pirámides donde nos subimos a un barco para avistar las ballenas francas. Su característica principal es la presencia de callosidades en la cabeza, que son engrosamientos de la piel colonizados por parásitos externos (ciámidos o piojo de la ballena), que les confiere una apariencia rugosa y un tanto extraña:
Despues nos fuimos a ver los elefantes marinos a un apostadero en caleta Valdés en el que estaban retozando un macho con su harén de hembras alrededor:
Allí mismo comimos en la estancia Elvira, un menú buffet. Y regresamos a Trelew al final del día con un atardecer precioso.
Guanaco.
Nuestra guía nos recomendó varios libros de María Cristoff, no los pude conseguir pero me dijo que eran maravillosos para saber más sobre la Patagonia:
-Historia de viajeros a la Patagonia
-Falsa calma
rumbo a Península Valdés que salía a las 5:15; volvimos a desayunar en el avión de Aerolíneas Argentinas, vimos un amanecer precioso desde lo alto y cuando llegamos y tras esperar un buen rato un taxi, el conductor nos advirtió que íbamos a tener muy difícil engancharnos en alguna de las excursiones de día como pretendíamos pues ya era muy tarde, de hecho, nos acercó a un par de agencias pero estaban todavía cerradas y al final, fue la amable recepcionista/dueña del hotel Libertador (http://www.hotellibertadortw.com/) la que nos consiguió que pudieramos aprovechar el día aunque para ello tuvimos que contratar los servicios de una guía particular que nos llevaría en su coche por toda la península por 1000 pesos (cuando de haber ido en
bus con más turistas, nos hubiera salido por 190 pesos por persona). Al menos la guía, María fue un encanto y pasamos un día muy divertido e instructivo a su lado.
En cuanto a la temperatura, comentar que no hacía tanto frío como esperaba y con un buen plumas, gorro y guantes pudimos pasar un día al aire libre sin problemas.
La primera parte del camino la hicimos por una carretera asfaltada, después serían caminos de tierra y en obras por lo que si hubiéramos ido en un coche alquilado por nuestra cuenta (era otra posibilidad) probablemente nos hubiéramos acabado perdiendo. Para entrar en el parque protegido pagamos 45 pesos por persona (en todos los parques de Argentina hay que pagar para entrar).
La primera parada fue en el centro de interpretación donde pudimos admirar este esqueleto de ballena:
A continuación, nos fuimos a Puerto Pirámides donde nos subimos a un barco para avistar las ballenas francas. Su característica principal es la presencia de callosidades en la cabeza, que son engrosamientos de la piel colonizados por parásitos externos (ciámidos o piojo de la ballena), que les confiere una apariencia rugosa y un tanto extraña:
Despues nos fuimos a ver los elefantes marinos a un apostadero en caleta Valdés en el que estaban retozando un macho con su harén de hembras alrededor:
Allí mismo comimos en la estancia Elvira, un menú buffet. Y regresamos a Trelew al final del día con un atardecer precioso.
Guanaco.
Nuestra guía nos recomendó varios libros de María Cristoff, no los pude conseguir pero me dijo que eran maravillosos para saber más sobre la Patagonia:
-Historia de viajeros a la Patagonia
-Falsa calma
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